Internet ha venido a cambiar este panorama de forma radical. La oferta de productos y servicios a través de Internet, las mejoras en los procesos logísticos o el establecimiento de nuevas regulaciones (que promueven la apertura y la competencia en sectores tradicionalmente cerrados) abren un abanico casi infinito de posibilidades a los dos extremos de la cadena: a las empresas y al consumidor final.
No hay ámbito económico que escape a ello. Incluidos algunos tan especializados como el de las pólizas de seguros.
Oportunidades para las empresas aseguradoras
La revolución digital, la aparición de comparadores de todo tipo (también de servicios financieros y de seguros), de apps, etc., empezó a traer nuevos aires al sector asegurador hace unos años.
La explosión de las empresas FinTech (con su oferta de servicios financieros apoyada en la tecnología) y de tecnologías revolucionarias (como la Inteligencia artificial o el Machine Learning) suponen un reto para las aseguradoras tradicionales. Sin embargo, no hay reto que no traiga una oportunidad de la mano.
Si a todo lo anterior sumamos el concepto Open Banking y la obligatoriedad de la aplicación de la directiva europea PSD2 en el sector financiero (con todo lo que conlleva de estímulo a la competencia y a la renovación), y le añadimos la ubicación del consumidor en el centro de la estrategia empresarial, se hace evidente que se abren nuevas perspectivas para las empresas de seguros — siempre que estén dispuestas a asumir cambios, en ocasiones disruptivos.
Cada cliente quiere ser único
La estructura empresarial existente hasta hace pocos años hacía muy difícil colocar al cliente en el centro, diferenciarlo del resto.
En las empresas grandes, porque eran más rentables cuando ponían su maquinaria al servicio de la economía de escala. En las pequeñas, porque les faltaba capacidad de maniobra. Sin embargo, las nuevas tecnologías permiten cambios en la organización del trabajo y los servicios; proporcionan datos que antes no se tenían sobre los consumidores, de forma anónima pero individualizada…
Estas transformaciones permiten que ya no sea imposible hacer ofertas que se ajusten de forma personalizada a cada consumidor.
Mencionábamos las posibilidades que abre la tecnología: Big Data, Internet of Things (IoT), Inteligencia Artificial… ya han empezado a provocar transformaciones en todas las ramas del sector asegurador, como son los seguros de automóvil o de salud. Por ejemplo, según diversos estudios, en menos de dos años 1 de cada 5 automóviles estará conectado a Internet. Esto permitirá (y permite ya en algunos casos) recoger datos sobre el modo de conducción o el grado de uso de cada automóvil. A su vez, esto hará posible que una aseguradora pueda ofrecer un producto usando el modelo Usage-Based Insurance; o bien, que premie a su cliente en las condiciones del seguro si es un buen conductor.
Algo muy parecido está empezando a ocurrir con algunas ofertas de seguros de salud. A partir del uso de apps, verifican datos de las actitudes saludables de los usuarios y les ofrecen algún tipo de ventaja por, pongamos por caso, practicar deporte.
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