Todos conocemos a algún amigo o familiar que sigue prefiriendo pagar en efectivo, incluso en las tiendas físicas, y que aún ni se plantea la compra online por ordenador, no digamos ya el pago a través del móvil. Y los más recientes estudios continúan señalando la sensación de inseguridad y el miedo al fraude como posibles frenos a los intercambios económicos por medios digitales. El artículo de hoy es acerca las soluciones seguras para pagos online.
Y los impedimentos al completo desarrollo de las transacciones online no están solo del lado de los consumidores. Si tomamos como ejemplo España (cuarto país europeo en número de operaciones e-commerce, solo por detrás de Reino Unido, Alemania y Francia), según el informe Bankia Indicex 2016, únicamente el 11% de las empresas han logrado completar una digitalización que pueda calificarse de competitiva; un 78% tienen todavía que mejorar; y un 11% no son competitivas en digitalización en este momento. A unos y otros, consumidores y empresarios, puede serles muy útil conocer las posibilidades que pone a su alcance el FinTech, así como las compañías de dicho sector, que simplificamos las transacciones financieras a través de la tecnología.
¿Qué medios de pago son los preferidos de los internautas?
Aunque es verdad que existe ese freno para que las empresas que dan el paso a la digitalización aumenten su masa de clientes, también lo es que las compras online no cesan de crecer. Algunos datos: según un organismo español, el CES (Consejo Económico y Social) la facturación en 2016 del ecommerce creció más de un 123%, llegando casi a los 22.000 millones de euros. Un tercio de los españoles ya compra online, y un 40% lo hace al menos una vez al mes (y los datos son aún mejores en países que hace más años que iniciaron la transformación digital). Con ser muy altas estas cifras, también demuestran lo mucho que todavía se puede crecer en soluciones seguras de pago online.
¿Cómo pagan sus compras los internautas a los que hace referencia el estudio del CES? Todos los indicadores muestran que los que sí compran, optan preferentemente por el pago con tarjeta (de crédito o débito) o por métodos que no requieran introducción de datos, como el muy extendido PayPal (que de hecho es una pionera FinTech) o el más reciente Amazon Pay. Después vienen las transferencias bancarias clásicas y, por último, el pago contra reembolso.
El pago seguro y cómodo: transferencias bancarias directas
¿Ha pagado alguna vez online por transferencia tradicional? Es lento y da más trabajo del debido tanto al vendedor como al comprador. El cliente debe emitir una trasferencia de forma manual desde su banco y al comerciante le toca comprobar la validez de los datos hasta poder confirmar el pedido y enviarlo, por fin, a su destinatario. ¿Tiene alguna ventaja? Sí, que los datos del comprador no circulan por la Red, algo que aún hace desconfiar un porcentaje no despreciable de internautas.
¿No sería estupendo encontrar un método de transferencia que recoja lo bueno sin verse afectado por lo malo? La buena noticia es que ya existe: es la transferencia bancaria directa, que empieza a ser ampliamente conocida en algunos países (por ejemplo, los del Norte de Europa).
Rapidez y seguridad en el pago son compatibles: Cashub
¿En qué consiste la transferencia bancaria directa? En un método que genera confianza en el usuario porque el dinero paga directamente desde sus propias cuentas bancarias, de forma segura, y también cómoda, ya que no abandona el ecommerce en ningún momento durante el proceso de compra. Simplemente selecciona país y banco, introduce sus credenciales de uso de su propio banco, confirma la transferencia y el comercio recibe la notificación de que se ha realizado el pago en tiempo real.
Esa es una de las opciones (además de otras más extendidas, como el TPV-PC) que permite el integrador de pagos en línea de Unnax: Cashub. Con esta herramienta, los clientes de una compañía (sean particulares o empresas) efectúen pagos de una manera cómoda y sencilla utilizando su propia banca en línea.
Con ventajas añadidas a las ya mencionadas, como el que se puedan realizar pagos con cantidades más altas de las habituales o que no se pueda cancelar la emisión de pago. Gana el cliente y gana el empresario. ¿Alguien da más?